Aprender y memorizar con historias: por qué las historias son herramientas de aprendizaje efectivas #21

Las historias son herramientas poderosas para aprender y memorizar, y tanto Nancy Duarte como Ramón Campayo aportan perspectivas complementarias sobre cómo las historias potencian la retención de información y facilitan el aprendizaje. A continuación, exploraremos la importancia y utilidad de las historias desde el enfoque de estos dos expertos.

Conexión emocional y memoria – La perspectiva de Nancy Duarte

Nancy Duarte, experta en comunicación y storytelling, enfatiza que las emociones y la narrativa son esenciales para crear una conexión duradera con la información. En su trabajo, Duarte ha mostrado cómo una presentación o una enseñanza puede ser mucho más memorable cuando se estructura como una historia en lugar de una serie de datos puros y fríos. La razón es que el cerebro humano está preparado para recordar experiencias que lo impacten emocionalmente y que sean significativas. Por supervivencia y ahorro de energía no presta atención a las situaciones monótonas.

Para el aprendizaje, esto es muy relevante: cuando un concepto se presenta en forma de historia, los estudiantes pueden conectar emocionalmente con el contenido. Esta conexión emocional no solo facilita la comprensión sino que también mejora la memoria a largo plazo. La amígdala y el hipocampo, dos áreas del cerebro involucradas en el procesamiento emocional y en la memoria, se activan cuando se experimentan emociones, lo cual hace que el cerebro priorice la información emocional sobre la neutra. Las historias, al evocar emociones, permiten que la información permanezca grabada en la memoria de una forma más sólida.

La utilización de imágenes mentales y asociaciones – La perspectiva de Ramón Campayo

Ramón Campayo, campeón de memorización y experto en técnicas mnemotécnicas, resalta la importancia de las imágenes mentales y la asociación visual para recordar información. Campayo explica que al crear historias o imágenes sorprendentes para vincular los conceptos, se facilita la codificación de la memoria. Para él, las historias funcionan como una red de asociaciones que permiten recuperar fácilmente la información cuando se necesita.

Campayo recomienda usar imágenes vívidas, inusuales o incluso absurdas para que el cerebro las retenga mejor. Este enfoque se alinea con el concepto de historias inverosímiles: al asociar información abstracta o difícil de recordar con imágenes y eventos impactantes o ilógicos, el cerebro guarda estos recuerdos con mayor facilidad. Esta técnica es efectiva porque el cerebro presta más atención y tiende a retener mejor lo que es sorprendente o fuera de lo común.

Estructura narrativa como refuerzo de la memoria secuencial

Otro aspecto fundamental que ambos expertos tocan es la estructura narrativa. Duarte destaca la importancia de un arco narrativo en el que los elementos se presenten en una secuencia lógica, con un inicio, un desarrollo y un desenlace. Esta estructura, explica Duarte, genera una tensión cognitiva que mantiene la atención de la audiencia, ya que se genera curiosidad por la resolución de la historia.

Campayo también reconoce el valor de la memoria secuencial en el aprendizaje y utiliza técnicas como la mnemotecnia de encadenamiento para recordar listas o conceptos en un orden específico. Las historias encadenadas permiten que cada elemento de la secuencia actúe como un disparador del siguiente, de modo que recordar el primero facilita la recuperación de toda la secuencia.

En el contexto educativo, esta estructura secuencial es útil para recordar información compleja o que sigue un orden lógico, como fórmulas matemáticas, pasos en un proceso o eventos históricos. Al presentar la información en un formato narrativo, los estudiantes pueden recordar los conceptos en el orden en que ocurrieron, facilitando su comprensión y memorización.

Relación con el método Loci y la mnemotecnia de encadenamiento

La técnica de narración también guarda una estrecha relación con el método loci (palacio de la memoria) y la mnemotecnia de encadenamiento. Campayo utiliza estas técnicas para aprovechar la capacidad del cerebro para visualizar escenarios y conectar ideas a través de una historia o un recorrido mental. La clave en estos métodos es crear una narrativa visual que enlace cada concepto o dato en una secuencia de lugares o de eventos que el cerebro pueda recorrer fácilmente.

En el método loci, por ejemplo, cada punto en una historia representa un lugar o un personaje en un escenario imaginario. Esta técnica no solo permite a los estudiantes retener grandes volúmenes de información, sino también recordar el contexto en el que se encuentran esos datos, facilitando la organización mental de los conceptos.

Aplicación en el aprendizaje práctico: Historias para facilitar el recuerdo activo

Ambos expertos destacan la importancia del recuerdo activo a través de historias. Para Duarte, la narrativa permite que los estudiantes no solo retengan información, sino que también la interpreten y la contextualicen. Al presentar los conceptos en una historia, los estudiantes pueden “revivir” esos conceptos como si fueran parte de una experiencia. Campayo, por su parte, sugiere que las historias activan el cerebro de una manera que permite que se use la información en situaciones prácticas, uniendo el aprendizaje teórico con el uso en el día a día.

Un ejemplo práctico de esto sería aprender idiomas: si los estudiantes asocian nuevas palabras o frases con personajes y acciones en una historia, podrán recordar mejor el vocabulario y el contexto en el que esas palabras se utilizan. En matemáticas, una historia sobre personajes numéricos realizando acciones podría ayudar a entender y recordar las relaciones entre números, como en el método Vanídir, que se basa en narrativas visuales para enseñar las tablas de multiplicar. Puedes conocer el método Vanídir en profundidad con el acceso gratuito al taller demostrativo.

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