
Este artículo se basa en un capítulo del libro Sorprende a tu mente de Ana Ibañez, donde la autora ofrece una nueva visión sobre el “déficit de atención” o TDA/TDAH. En su análisis, Ibañez desafía el estigma que a menudo acompaña este diagnóstico, argumentando que en realidad estamos ante una capacidad multisensorial que permite captar detalles y matices únicos del entorno.
Más que una falta de atención, las personas con TDAH poseen una atención “extraordinaria y desbordante”, que puede ser una fortaleza cuando se comprende y se apoya adecuadamente.
La inteligencia multisensorial en el TDAH
En lugar de ver el TDAH como una simple carencia de concentración, Ibañez propone interpretarlo como una inteligencia multisensorial, capaz de absorber el entorno de maneras sorprendentes. Los cerebros con TDAH procesan información compleja y son creativos, sensibles y hábiles para captar conexiones y detalles que pasan desapercibidos para otros. Sin embargo, cuando estas mentes son forzadas a enfocarse en temas sin interés o relevancia para ellos, es natural que se “rebelen”, pues para estos individuos la atención profunda exige un propósito claro y una motivación genuina.
¿Déficit o exceso de información?
A menudo, los estudiantes con TDAH se sienten estigmatizados en entornos educativos que valoran únicamente la concentración sostenida. Pero según Ibañez, estos estudiantes no carecen de atención: más bien, su cerebro está tan lleno de estímulos e ideas que necesitan un enfoque diferente. En un sistema educativo que generalmente no fomenta la creatividad ni la diversidad cognitiva, los estudiantes con TDAH se ven presionados a adaptarse y son malinterpretados.
La motivación y la libertad como claves
Para que estos estudiantes puedan concentrarse eficazmente, Ibañez destaca la importancia de ofrecerles una “buena razón” para enfocarse, basada en el interés y la motivación. Permitirles elegir y explorar en función de sus intereses facilita un entorno de aprendizaje donde pueden rendir al máximo, demostrando que sus capacidades son tan valiosas como las de otros estudiantes. Ana Ibañez cita ejemplos de niños que, a pesar de tener dificultades para concentrarse en clases convencionales, muestran una dedicación excepcional en actividades como la música o los juegos de estrategia. En estos casos, su atención se convierte en una herramienta poderosa para profundizar y desarrollarse.
Alternativas a la medicación: entrenamiento cerebral y empatía
Frente a la opción frecuente de medicar, Ibañez sugiere un enfoque basado en el entrenamiento cerebral. Este método, que fortalece las conexiones neuronales y ayuda a los estudiantes a manejar su atención sin depender de estímulos extremos, ofrece beneficios duraderos.
A través de ejercicios específicos, el cerebro aprende a concentrarse en tareas menos atractivas, construyendo así una “musculatura” de la atención que es mucho más efectiva que una solución temporal. Este entrenamiento no solo mejora la concentración, sino que también refuerza la autoestima y el conocimiento de las propias capacidades.

Un cambio en el sistema educativo: inclusión para todos los estilos de inteligencia
Ana Ibañez propone que el sistema educativo valore todas las formas de inteligencia, reconociendo que cada estilo de aprendizaje puede enriquecer la experiencia de los demás. Así, un aula inclusiva donde la creatividad, la percepción sensorial y la atención sostenida se valoren por igual podría hacer que todos los estudiantes se sientan motivados y comprendidos, promoviendo un aprendizaje colaborativo y enriquecedor.
Conclusión
El enfoque de Ana Ibañez en Sorprende a tu mente nos invita a redefinir el TDAH, viéndolo como una capacidad multisensorial extraordinaria, en lugar de un déficit. La autora nos anima a replantear nuestra comprensión de la atención y a ver en el TDAH un potencial para la creatividad y el aprendizaje profundo. Al centrarnos en la motivación, el interés y la empatía, y al priorizar métodos como el entrenamiento cerebral en lugar de depender únicamente de la medicación, podemos crear un entorno educativo y social en el que todos los estudiantes, con y sin TDAH, puedan brillar en su propia dimensión.