#9: FALTAS DE ORTOGRAFÍA: ¡NUNCA MÁS!

Cuando era joven, solía cometer faltas de ortografía con frecuencia, lo que mis profesores abordaban recomendándome la lectura habitual.  Eso no funcionaba. Te cuento el truco que sí funcionó y me sigue funcionando.
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El impacto de las faltas de ortografía en los estudios superiores y la vida laboral

La problemática de las faltas de ortografía, en etapas educativas tempranas, adquieren una relevancia aún mayor en estudios superiores y en la vida profesional. 

En este contexto, afectan la credibilidad del autor, la claridad del mensaje y la interpretación correcta de los contenidos. 

En el ámbito académico, pueden traducirse en pérdida de puntos en evaluaciones y proyectos, impactando el rendimiento general.

En lo laboral, influyen en la percepción de colegas, clientes y superiores, pudiendo afectar oportunidades de ascenso y reputación profesional. 

En un mundo competitivo y globalizado, la habilidad para comunicarse correctamente en línea es valorada, afectando la reputación y las oportunidades profesionales. 

Por tanto, es esencial que estudiantes y profesionales trabajen en mejorar sus habilidades de escritura y ortografía para garantizar una comunicación efectiva y exitosa en todas las esferas de la vida. 

En resumen, las faltas de ortografía representan más que un simple error, son un obstáculo significativo en el camino hacia el éxito académico y profesional.

Mi batalla personal: La odisea de aprender ortografía

Cuando era joven, solía cometer faltas de ortografía con frecuencia, lo que mis profesores abordaban recomendándome la lectura habitual. 

Su objetivo era que, al exponerme con regularidad a las palabras escritas, me familiarizara con su estructura, de la misma manera en que reconocemos a las personas por su forma de caminar, su estatura o su constitución física. 

Así, podríamos identificar si una palabra debe escribirse con ‘b’ o con ‘v’ según su anatomía: por ejemplo, ‘vaca’ y ‘baca’.

Sin embargo, este consejo no funcionaba para mí. Por un lado, carecía de interés en la lectura al no encontrar bibliografía que me resultara atractiva, y por otro, aunque leía, no lograba memorizar la estructura de las palabras. 

Creo que este problema también puede afectar a estudiantes con dislexia debido a los problemas de discriminación visual: La dislexia puede afectar la capacidad de un niño para distinguir entre letras y palabras similares visualmente, lo que lleva a errores ortográficos.

Al igual que en el caso de TDAH, donde la memoria de trabajo puede estar afectada o cuando no se centra la atención en la anatomía de las palabras o en las reglas ortográficas.

Pero esto es solo mi opinión personal y el truco que propongo es una estrategia más que sumar y probar. Cada persona es diferente. A continuación, compartiré un truco que me fue útil como estudiante y que todavía aplico, y que enseñé a mi hijo cuando era estudiante de primaria. 

Este truco aprovecha la forma en que nuestro cerebro procesa la información, es decir, a través de imágenes. En ocasiones anteriores, he explicado en mis escritos y en el taller sobre el método Vanídir que el cerebro almacena la información en forma de imágenes en lugar de datos abstractos como números o letras sueltas.

Por ejemplo, si te digo ‘hay una niña pelirroja comiéndose un helado de vainilla’, no memorizarás la frase palabra por palabra, sino que te imaginarás la escena.

Glosario Visual: El truco para recordar la escritura correcta.

Ahora, ¿en qué consiste este truco? En el colegio me enseñaron a crear un original y llamativo glosario personal donde registraba las palabras con las que teníamos problemas de ortografía. Te animo a que hagas tu propio glosario.

Para entenderlo mejor, aquí hay unos ejemplos. En mi caso, como canaria, mis errores estaban relacionados con las ‘b’, las ‘v’, las ‘c’, las ‘s’ y las ‘z’. 

Por ejemplo, solía escribir ‘levantar’ con ‘b’.

Supongamos que tú también sueles equivocarte con esta palabra. Debes hacer lo siguiente: 

A partir de esa palabra escrita correctamente, debes crear una imagen que asociarás esa la palabra, una imagen que te recuerde la letra correcta para escribirla. 

Por ejemplo, para ‘levantar’, imagina a una persona levantando pesas, los brazos forman una ‘v’. Luego, integra la palabra completa en esa imagen

Más ejemplos:

➡️ En muchas ocasiones, mi hijo escribía BUENO con “V” y le animé a buscar algo que para él estuviera muy bueno. Le encantaba el chocolate, así que busqué la asociación para integrar la B con el chocolate.

    ➡️ La palabra VOZ era un gran reto para mí. Utilicé la forma de la V para hacer un megáfono y las ondas se iban convirtiendo en Z.

    Una manera preciosa de aplicarlo en el aula

    La maestra que nos enseñó este truco lo hizo de manera fabulosa y extraordinaria que englobaba la creatividad, el trabajo en equipo, la exposición…

    A lo largo del día, a medida que surgían faltas de ortografías (mientras nos corregía las tareas), las iba anotando en la esquina de la pizarra. No explicaba, ni avasallaba al alumnado diciendo quién cometió el fallo. Simplemente lo anotaba.

    Al terminar la clase, nos pedía que todos anotáramos esas palabras en nuestra libreta para reflexionar sobre ellas durante el día y tratar de buscar una imagen que nos ayudara a todos cómo recordar su correcta escritura.

    Al día siguiente, preguntaba las propuestas y los voluntarios salíamos a la pizarra para proponer nuestra solución y truco.

    Hizo un trabajo precioso.

    Si te gusta el truco, comparte esta idea. Y si quieres compartir tu truco, deja un comentario.

    Te animo a suscribirte en la web del método Vanídir. Te te avisaré cuando publique nuevo contenido. Además te permitirá tener acceso a la demo gratuita del método para aprender las tablas de multiplicar.


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    2 comentarios

    1. Hola, Vanesa!
      Mi nombre es Cintia, soy de Argentina y recién conozco tu método.
      Cómo puedo hacer para adquirir el libro en físico o digital para poder imprimirlo para trabajarlo con mi nene de 7 años que tiene altas capacidades?
      Muchísimas gracias!

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